sábado, 30 de marzo de 2013

Fama y eucalipto




Un fama anda por el bosque y aunque no necesita leña mira codiciosamente los árboles. Los árboles tienen un miedo terrible porque conocen las costumbres de los famas y temen lo peor. En medio de todos está un eucalipto hermoso, y el fama al verlo da un grito de alegría y baila tregua y baila catala en torno del perturbado eucalipto, diciendo así: -Hojas antisépticas, invierno con salud, gran higiene. Saca un hacha y golpea al eucalipto en el estómago, sin importársele nada. El eucalipto gime, herido de muerte, y los otros árboles oyen que dice entre suspiros: -Pensar que este imbécil no tenia más que comprarse unas pastillas Valda.

Julio Cortázar.

lunes, 25 de febrero de 2013

Inventario Uno.

Si existe un libro que durante años nunca he dejado de leer, un libro de aquellos que uno coge de vez en cuando, ya conociendo sus resultados, es sin duda Inventario Uno,  recuerdo que fue un Viernes después de una jornada larga en la Universidad que mi padre con su gesto de hombre trabajador me invito a lo único que él sabe podemos compartir después de una semana agotadora, una buena lectura. Él conoce de mi encanto por la poesía, quizás sea que me sorprende de sobremanera tanto sentimiento impregnado en pocas y complejas palabras, un juego casi perfecto, como la conquista misma del corazón, pero sin ese sabor a miel que las telenovelas nos han inculcado actualmente. Mientras recorríamos la librería le comentaba de mi gran sueño, tener mi propio cafe literario en Antofagasta, un espacio pequeño pero acogedor en donde las personas puedan entrar coger un libro y beber un rico café o jugo, en buena compañía o con una cálida música, mientras me observaba me indico " creo que hoy deberíamos comprar un libro", por supuesto que en mi mente ya tenía la idea clara, necesitaba un libro especial para esos días,  que me acompañara siempre  en los diversos espacios, y eso solo lo puede hacer Benedetti, y sin dudarlo opte por su antología de poesía. 

Inventario Uno es un libro sólido, distante pero a la vez acogedor, como esos padres estrictos pero con una ternura conmovedora, un libro que no se agota nunca, respecto del cual se puede recorrer cada una de sus páginas encontrando algo nuevo, creo serán alrededor de 5 años que tengo la oportunidad de que Benedetti me acompañe en esta colección, en uno que otro minuto de silencio o de pausa en el estudio me detengo, giro mi silla y aprovecho de recorrer sus hojas, una entretención que no se acaba y una densidad de sus frases que deja a tú mente predispuesta para continuar, pero lo que mas me gusta de Benedetti es su sencillez, quizas esa misma sencillez que llevo a mi padre a invitarme ese día a la librería, un espacio que escapa a lo ostentoso de nuestra ciudad ( aún cuando creo que la situación de los libros n nuestra ciudad es deprimente, y que puede ser menos ostentosa respecto del monopolio en la venta, pero ello corresponde a otra discusión). Al final de ese gesto culminamos como siempre tomando un café en alguna calle de la ciudad, yo comentando el libro y disfrutando su primera lectura, enseñando a mi padre los motivos que me llevan a leer poesía ( sin tener ningún conocimiento acabado sobre el tema), pero sobretodo el aprecio y respecto que tengo por Benedetti, esa sencillez de disfrutar las pequeños gestos y oportunidades de la vida, la sencillez de un padre que en medio del café y mientras miraba el libro sobre la mesa exclama :" Ojalá el sistema permitiera que muchos  niños y niñas  tengan la oportunidad de compartir un libro con sus hijos, y el sistema no nos consumiera tanto en el trabajo y las obligaciones, que no se pierda nunca el bello momento en que un padre o una madre goza de un cuento con su hijo o hija, al final ahí nace el cambio, o al inversa como me sucede a mí un hombre que no tuvo mayor educación que la de un muchacho que llego a cuarto medio, que hoy tiene la oportunidad de leer un poquito de poesia cuando su hija lo detienen entre tanto trabajo para leerle a Benedetti".

Por eso recomiendo este libro, y les dejo uno de los poemas que aguardan en sus hojas, uno de mis favoritos.

Hombre preso que mira a su hijo.
" Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.


Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.



Realmente no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula.



Olvidaban poner el acento en el hombre.



La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y estos sí
cómo nos ensartaron
en la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.



Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos.



Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.



Vos ya sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio.



Y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías.



Y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre.



Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.



Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones
todas estas llagas, hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.



Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar.



Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.



Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa.



Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.



Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de vergüenza.



Por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.



Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.



Llora nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos.



Gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.



Llorá
pero no olvides."

Benedetti, Mario,  Inventario Uno, Editorial Seix Barral Biblioteca Breve, pag 235.



CARTA A JULIA SCHUCHT


CARTA A JULIA SCHUCHT
[Viena, 6-III-1924; 2000 II; 32-35]

Mia carissima:

Querría besarte los ojos para secar las lágrimas que me parece ver en ellos y sentir yo en los labios, como otras veces que por maldad te he hecho llorar. Nos dañamos, nos atormentamos el uno al otro, porque estamos lejos uno de otro, y no podemos vivir así. Pero tú te desesperas demasiado. ¿Por qué? Tantas veces me has prometido que serías fuerte, y yo te he creído, y creo todavía que eres fuerte, más de lo que te crees: a menudo eres más fuerte que yo, pero yo estoy acostumbrado a la vida solitaria, que he vivido desde la infancia, a esconder mis estados de ánimo tras una máscara de dureza o una sonrisa irónica, y ésa es toda la diferencia. Eso me ha hecho daño durante mucho tiempo: durante mucho tiempo mis relaciones con los demás fueron enormemente complicadas, una multiplicación o división por siete de todos los sentimientos reales para evitar que los demás entendieran lo que yo sentía realmente. ¿Qué es lo que me ha salvado de convertirme en un pingo almidonado? El instinto de la rebelión, que desde el primer momento se dirigió contra los ricos porque yo, que había conseguido diez en todas las materias de la escuela elemental, no podía seguir estudiando, mientras que sí podían hacerlo el hijo del carnicero, el del farmacéutico, el del negociante en tejidos. Luego se extendió a todos los ricos que oprimían a los campesinos de Cerdeña, y yo pensaba entonces que había que luchar por la independencia nacional de la región. "¡Al mar los continentales!" ¡Cuántas veces he repetido esas palabras! Luego conocí la clase obrera de una ciudad industrial, y comprendí lo que realmente significaban las cosas de Marx que había leído antes por curiosidad intelectual. Así me he apasionado por la vida a través de la lucha de la clase obrera. Pero cuántas veces me he preguntado si era posible ligarse a una masa cuando nunca se había querido a nadie, ni siquiera a la familia, si era posible amar a una colectividad cuando no se había amado profundamente a criaturas humanas individuales. ¿No iba a tener eso un reflejo en mi vida de militante, no iba a esterilizar y reducir a puro hecho intelectual, a puro cálculo matemático, mi cualidad revolucionaria? He pensado mucho en todo eso, y he vuelto a pensarlo estos días porque he pensado mucho en ti, que has entrado en mi vida y me has abierto el amor, me has dado lo que me había faltado siempre y me hacía a menudo malo y torvo. Te quiero tanto, Julca, que no me doy cuenta de que te hago daño a veces, porque yo mismo estoy insensible.

Te he escrito, te he dicho que vinieras, porque en tus cartas había visto como una indicación de que tú misma querías venir. También yo he pensado en tu familia: pero, ¿no puedes venir por unos meses? ¿Incluso por un período determinado te parece imposible o difícil dejar a la familia? Qué bueno sería otro paréntesis de vida en común, en la alegría cotidiana, de cada hora, de cada minuto, de quererse y de estar cerca. Me parece ya sentirte la mejilla junto a la mía, y que la mano te acaricia la cabeza y te dice que te quiero aunque calle la boca.

Me ha dado un vahído al leer tu carta. Ya sabes por qué. Pero tu indicación es vaga, y yo me consumo, porque querría abrazarte y sentir también yo una nueva vida que une las nuestras todavía más de lo que ya lo están, querido amor.

Recibo ahora muchas cartas de los camaradas italianos. Quieren que les dé fe, entusiasmo, voluntad, fuerza. Creen que yo soy una fuente inextinguible, que yo me encuentro en una situación tal que todos esos dones no pueden faltarme, sino que los tengo en cantidad suficiente para hacer de ellos una amplia distribución. Y ellos están en Italia, en el foco encendido de la lucha, y están desmoralizados y desorientados. A veces me da angustia. He recibido una carta de una camarada rusa que vive en Roma, trabajó con Rosa Luxemburg y con Liebknecht, se salvó del asesinato por casualidad o por un inaudito esfuerzo de voluntad, y, sin embargo, me escribe también descorazonada y desilusionada. Y eso que ella no es italiana y no puede tener la justificación del temperamento. Me piden demasiado, esperan demasiado de mí, y eso me impresiona de un modo siniestro. La situación del partido ha empeorado mucho en estos últimos meses. Bordiga se ha retirado a su Aventino, y su actitud había ya paralizado todo el mecanismo de la vida común de los camaradas. He conseguido llegar a tiempo para arrancar a alguno de esa situación; pero ¿bastará? Nunca se me va de la memoria el recuerdo de una escena ocurrida en Turín durante la ocupación de las fábricas. El Comité Militar estaba discutiendo la necesidad, que tal vez se presentara al día siguiente, de una salida de los obreros armados desde la fábrica. Parecían todos borrachos, y como si fueran a llegar a las manos unos contra otros, porque la responsabilidad los aplastaba, los destrozaba hasta la médula. Se levantó uno --uno que tenía a las espaldas cinco años de guerra en aviación, y había visto la muerte cien veces--: se tambaleó y estuvo a punto de caerse. Con un enorme esfuerzo nervioso intervine, les hice gracia con alguna broma y los volví a llevar a la normalidad y al trabajo útil. Pero hoy no sabría ya hacerlo. En nuestro partido no hay ya casi más que jóvenes, y la reacción, en vez de consolidarlo, ha desgastado los nervios y las voluntades. Yo mismo, ¿por qué he estado enfermo tanto tiempo, y por qué me encuentro aún flojo? También a mí la vida, que siempre he sentido colgada de un hilo, se me ha roto de repente al llegar a Moscú, precisamente cuando estaba en seguridad y podía estar tranquilo. Hoy necesitaría ser sumamente fuerte; pero ¿cómo podría, si me faltas tú que eres tanta parte de mí? Ven, Julca, ven, aunque sea por poco tiempo, aunque sólo sea para que pueda sentirte otra vez cerca de mí y conseguir un impulso para el trabajo más intenso que el que he podido conseguir hasta ahora. Te beso los ojos mucho rato, para darte fuerza, para disipar todos los nubarrones, para que seas fuerte, fuerte como puedes serlo, como debes serlo, compañera mía.

Gramsci.

Te mando mi dirección "perfeccionada":

Floriangasse, 5 A, Tür 20, Stock III.

Querría una foto tuya más reciente, de estos días. Tengo miedo de olvidarte, de no conservar de ti más que la impresión que me quedó de la última noche, cuando te dejé, cuando estaba tan nervioso y tan antipático porque no sabía qué decirte. Me habías prometido otra fotografía. Mándamela y anúnciame con ella que tú también vendrás.

¿Has corregido las notas de Riazánov? [57] ¿Puedes mandármelas? ¿Has encontrado el librito de Kerienzev sobre la organización? ¿Podrías hacerme algún extracto de las mejores páginas escritas por la muerte de Lenin? Ya ves que te creo fuerte, puesto que te pido que trabajes para mí.

lunes, 25 de junio de 2012

Así hablo Parra en El Mercurio.





Debo reconocer el agrado incalculable que deja en cada página la lectura  de un libro, mayor si  en aquella pequeña estructura uno puede encontrar un poco de información sobre una de las figuras más relavantes de la literatura chilena, como es Don Nicanor, aún cuando estoy casi segura que tal grandeza no es algo que necesariamente condicione sus opiniones, no obstante aún esperar en su sillón la entrega del Nobel, en la blancura de este libro, cuyo centro es la recopilación de diversas entrevista a este personaje y publicadas en el diario el Mercurio, uno puede encontrar en su reflejo la vida de toda una familia dedicada de forma natural a la cultura, el arte y la narrativa, conocer en palabras de Nicanor un poco de Violeta, pero sobretodo entender el pensamiento cambiante y critico de Don Nica, han sido unas gratas noches en compañía de este amigo, debo decir que me ha regalado algunas sonrisas, hoy arma tan importante en una sociedad enclaustrada politicamente y de manera impersonal. No hay página en donde uno no pueda descubrir algo nuevo, conocer un poco de la realidad y la antipoesia, pero sobretodo adentrarse en el mundo parriano, sus ideas, pensamiento, su visión tan particular de la " izquierda" y la " derecha", remarcada en su celebre frase " izquierda y derecha unida jamás serán  vencidas", solo me queda recomendar este libro, ameno para las noches de invierno.

Resumen: 

la genialidad de Nicanor Parra ( 1914) provoca que la prensa chilena y la extranjera se afane en conseguir alguna declaración suya. Pero él  no da entrevistas. " me distorsionan todo lo que digo" escribió hace años.

Sin embargo, en muchas ocasiones ha estado dispuesto a conversar con El Mercurio y a hablar de todos los temas. Así, su inconfundible " voz", sus ideas, su creatividad y su irreverencia quedaron plasmadas en las páginas del diario y este libro hoy reúne.

María Teresa Cárdenas selecciona con especial lucidez e indiscutida sensibilidad, las entrevistas más representativas de Nicanor Parra y emprende el delicado rescate de sus palabras, revelando de paso, la vigencia de sus ideas. El libro da cuenta de su vida; su familia, y su obra. También expone su pensamiento en temas tan diversos como la ecología, el poder, la educación, la muerte. Así hablo Parra en El Mercurio, esboza el retrato y la trayectoria de un escritor que liberó a la poesía de sus amarras líricas y le abrió las puertas al lenguaje del hombre común.

Para el placer del lector, todo un festín de genialidad parriana, una gran oportunidad de acceder a una de las más grandes figuras de la literatura contemporánea. 

Algunas frases que mantengo en mi memoria del libro:

1. " Si ella puede vivir sin mí 
Por qué no voy a poder yo
Vivir sin ella"

2. CRISTO
Se sirvieron de Cristo
Para justificar sus fechorías.

3. Revoluciones
las idean los idealistas 
la llevan a la práctica los fanáticos
 y se aprovechan de ella los pícaros
Los linces los sinverguenzas. 

4. Porque no me resigno a vivir sin la utopía.

5. " Sea pobre y honrado, amigo / pero no sea gueón"

Gramsci: ¿ qué es la cultura popular?


Gramsci: ¿qué es la cultura popular?

Publicado por Anaclet Pons en noviembre 18, 2011

El volumen, que cuenta con una magnífica portada con el sello de Víctor Serna, ha sido editado por PUV. Así empezamos el estudio introductorio:
“¿Qué es la cultura popular? ¿Por qué Antonio Gramsci? Enumeremos lo que de él mejor se conoce. Gramsci fue un líder marxista detenido por el régimen mussoliniano en 1926, siendo diputado y principal dirigente del partido comunista que había contribuido a fundar; fue un preso político que empezó a escribir unos cuadernos en la soledad de su celda a partir de 1929, cuando obtuvo la autorización pertinente para poder utilizar tintero y pluma; fue un agitador y revolucionario, de frágil, de enfermiza constitución, que vio consumirse poco a poco su escaso vigor y su quebradiza salud en aquel encierro, cosa que le obliga a abandonar esa escritura tras años de lectura filtrada y censurada por los responsables de la prisión. Vivirá hasta 1937, poco después de haber sido liberado de la cárcel. Así pues, la pena a la que había sido condenado, de veinte años, cuatro meses y cinco días, no se cumple. Una campaña internacional a su favor facilita la concesión de varias amnistías, lo que le permitirá abandonar el penal para morir poco después, el veintisiete de abril de aquel año, en la clínica Quisisana de Roma como consecuencia de una hemorragia cerebral.
¿Qué puede aportarnos alguien así, cuyos escritos misceláneos no tienen, no podían tener sistema? ¿Qué hay de perdurable en unos cuadernos que son fragmentarios y siempre provisionales? Para fundamentar esta obra que el lector tiene ahora entre sus manos y para destacar la originalidad del autor, se nos permitirá partir de un mito literario bien conocido: Robinson Crusoe. Como sabemos, el personaje de Daniel Defoe es un náufrago: habiendo pertenecido a la tripulación de un buque bien pertrechado, el joven ha de sobrevivir en una isla tras la tormenta que hunde su navío. Robinson desoye los consejos del padre, un buen burgués que había tratado infructuosamente de frenar sus ansias aventureras, y se embarca con consecuencias desastrosas. O no, pues no era tan adverso su destino si había conseguido mantenerse con vida. En principio sólo parecía tener condiciones de marinero, pero, pronto, la necesidad de supervivencia y la estricta soledad le fuerzan a organizarse. En efecto, el joven burgués descubre su destreza, la de un tipo habilidoso que, tras recoger los pecios del barco, se construye un entorno defensivo. La naturaleza furiosa, que lo ha puesto a la deriva, es después una amenaza constante para la frágil constitución del náufrago: al fin y al cabo, Robinson sólo es un muchacho que ha de aprender a vivir por su cuenta tras haber sido arrojado a una isla de la que nada conoce. De entrada, cree ser incapaz de elaborar cosas, objetos materiales. Sin embargo, poco a poco saca de su interior esas cualidades de fabricante que tiene y que ignoraba poseer: un repertorio de conocimientos que había aprendido en su Inglaterra natal. Como dirá Karl Marx en algún pasaje de su obra, Robinson no es un tipo incompetente o sin habilidades: al contrario, al menos potencialmente ha sido socializado en múltiples saberes y destrezas de las que ahora saca fruto. No es, pues, un individuo desnudo y sin atributos. Es portador de la cultura inglesa, añade Marx. En efecto, ha sido educado en una familia de comerciantes, sabe leer y escribir y, por tanto, ha enriquecido su mundo interior con libros y erudiciones que no actualizará completamente hasta que la necesidad le obligue a ello. Poco a poco irá descubriendo que Inglaterra le ha dado la capacidad para obrar y para crearse un espacio hospitalario, que es lo que bien pronto hace. La primera parte de la narración es un relato de sus mañas como fabricante, pero también de sus cavilaciones, de su pericia para sobrevivir con audacia e imaginación en un entorno que se lo niega todo.
Evocar la figura de Robinson hablando de Gramsci no es una arbitrariedad. El personaje de Daniel Defoe será un referente personal, biográfico, durante toda su vida. Incluso cuando esté en la cárcel: o precisamente por ello. Recordará la novela como texto fundamental, como el libro que todo muchacho debería leer para soñar, para imaginar la libertad de los mares. Aquel volumen, disfrutado cuando era muy jovencito, había hecho de él un “intrépido pionero”: en efecto, le obliga a adoptar hábitos bien curiosos. Por ejemplo, no salir nunca de casa sin llevar en el bolsillo algunos granos de trigo y cerillas envueltas en un trozo de tela encerada: vamos, lo básico para sobrevivir por sus propios medios si la fortuna lo arrojaba a una isla desierta”.

sábado, 2 de junio de 2012

Una reflexión en torno al libro “ la solución” de Araceli Manjón - Cabeza Legalización de las drogas y narcotráfico


He podido asistir hace unos días a la presentación del libro “ la solución”1 de la profesora de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid Araceli Manjón- Cabezas, que a su vez ha ejercido de Magistrada en la Audiencia Nacional y Directora de gabinete del plan nacional sobre drogas. Su exposición se ha centrado fundamentalmente en la defensa de la legalización de las drogas como única alternativa al narcotráfico. Al inicio de su presentación y como tópico de apertura en su libro, se ha citado el siguiente comentario “ la guerra contra las drogas ilegales mata más que su consumo. El tráfico de drogas provoca corrupción, inestabilidad política y violencia. Un negocio muy lucrativo que financia el crimen organizado tras 40 años de guerra, y constatando sus fracasos, es hora de afrontar la realidad: la única respuesta es la legalización”.
He optado en esta ocasión por reflexionar un poco en torno a este tema, extendiendo de antemano la disculpa por no contar con un conocimiento acabado desde el punto de vista médico y sociológico sobre el particular; pero la idea principalmente es colocar en  el debate un tema primordial  un tanto olvidado en nuestra ciudad.
Como primeros elementos de la exposición se ha enfatizado en los problemas y variables  que genera el sistema de prohibición actualmente imperante ( propio del siglo XX). Los más importantes beneficiarios en materia de drogas ilícitas sigue siendo el crimen organizado y el blanqueo de dinero; junto con los intereses económicos que influyen en las principales naciones de Centro América a través de la intromisión directa por parte de Estados Unidos, lo cual han generado y colaborado en la  profundización de  la crisis mundial y la economía especulativa.
El crimen organizado cuenta hoy en día con el mejor mercado existente, básicamente por dos razones: En primer término por lo rentable de la materia prima ( de bajo costo) y en segundo lugar, por la dependencia del consumidor que juega a favor del vendedor, desde la perspectiva de la teoría económica nos encontramos ante una demanda rígida ( es decir, no obstante subir el precio del producto, la demanda no disminuye). En la búsqueda por dar solución y control ha este escenario los estados han comenzado a generar una verdadera política de represión cuyas consecuencias son un costo elevado de vidas humanas y un déficit económico insostenible, que sólo ha patrocinado el mercado de las armas. ( ha sucedió con los llamados “ estados fallidos” como el caso de Guatemala).
Entre otras de las repercusiones directas que tienen el actual sistema de prohibición y que se suma a las consecuencias indicadas precedentemente es la marginalidad y el racismo, creando población y problemas demográficos exorbitantes, espacios en que indudablemente el tráfico lleva consigo el consumo de la mayoría de quienes habitan los mismos, siendo en la mayoría de los casos barrios aislados, determinando la condición de vida futura de muchos niños y niñas que han nacido en los mismo; el racismo y la discriminación han sostenido el perfil actual del tráfico de drogas y quienes sostienen e impulsan el mercado. A ello debemos sumar el problema de los llamados “ países de tránsito” como el caso de Chile, en donde junto al tráfico de drogas por las fronteras hay que agregar la precaria e inconstitucional regulación en torno a la inmigración.
Ante estas complicaciones en el ámbito sociológico, medico y jurídico, se ha planteado en las voces actuales la necesidad irremediable de la legalización, en la misma presentación la profesora Araceli Manjón- Cabeza, ha indicado que “ cualquier cosa que se encuentre en la marginalidad solo agrava la situación” , en este sentido, no podemos desconocer que esta discusión necesariamente se inclina en el ámbito político se ha reforzado en esa perspectiva que el principal desafío subyace en los país de América Latina, así lo ha indicado Ethan Nadelmann “El desafío político inmediato para los latinoamericanos es mantener su impulso frente a los esfuerzos vigorosos de EE.UU. —tras bastidores— de silenciar el debate, aunque haya dicho públicamente que está a favor de ello. El desafío más importante es darle sustento a sus propuestas de políticas alternativas. Los presidentes latinoamericanos saben que ningún país puede legalizar las drogas unilateralmente, que cualquier cambio significativo debe que ser multilateral, y que las grandes reformas necesarias al régimen prohibicionista tomarán varios años o incluso décadas.” 2
Frente a tal desafío en America Latina, los principales lideres y presidente de las respectivas naciones en el último tiempo han comprometido como primer paso abrir las puertas del debate para buscar la mejor solución al tráfico de drogas, incluso, si ello significa comenzar a debatir sobre la legalización ( como ya en muchos espacios académicos y también sociales se ha comenzado a realizar), las pregunta que surgen son ¿ la legalización es la única alternativa? , ¿ qué proceso se debe adoptar si acogemos tal vía? .
Por una parte podemos optar por un monopolio del Estado, por una responsabilidad de las farmacéuticas o simplemente como sucede actualmente que el tema siga en manos del narcotráfico, sin duda, la hoja de ruta antes esta nuevo proceso no es del todo claro, es un ámbito que se debe ir construyendo con el tiempo, pero más allá de ello, podemos sostener y como así se ha manifestado en la presentación realizada por la profesora, son requisitos indispensables para afrontar un posible proceso de legalización , en primer termino, un Estado democrático que permita fortalecer polacas públicas con objetivos claros, transparentes y establecido según proyecciones obtenidas en estudios previos, políticas que como primer enfoque deben tener la prevención ( ya que hablamos de legalización y no de promoción), como asimismo la educación para el consumo responsable, un tratamiento diferenciado según el tipo de droga y un aparato de reducción de daños con responsabilidad estatal ( mejor que seguir destinado el dinero a las armas y la represión).
Pero para ello se requiere un compromiso con el debate social, sobretodo para superar incluso expresiones de los medios de comunicación erradas a la luz de la ciencia médica como “ un país libre de drogas” ( ya que por estudios se ha establecido que el ser humano se inclina de una u otra manera a la adicción; en las sociedades siempre ha existido adicción) y “ muerte por sobredosis”, cuando en verdad la muerte de muchos hombres y mujeres no obedece a una elevación de las cantidades de drogas en el organismos, sino que simplemente a un envenenamiento, ya que las sustancias que circulan por el mercado ilícito provienen en su gran mayoría de mezclas, por tanto, muchos mueren incluso sin alcanzar a retirar la jeringa de sus brazos.
Por lo mismo, se ha indicado en el debate que la prohibición en un sistema globalizado como el actual es imposible seguir sosteniendo, en esta pequeña columna solo he realizado una reflexión en torno al lanzamiento de este interesante libro, del cual sin duda recomiendo su lectura, ( por la información histórica y la estadística entregada) dejo la discusión planteada en torno a las drogas, el mercado financiero, la legalización u otras vía para enfrentar el problema. Espero que este interesante debate no tarde en llegar a nuestra ciudad o mejor dicho no decline el mismo en estos tiempos, en donde nuevos horizontes sobre esta materia se avecinan en el mundo y principalmente en América Latina.
1. Manjón-Cabezas, Araceli, “ La solución” , Editorial debate, edición 2012, 318 páginas, Barcelona, España.
2.Nadelmann, Etahn “ El debate para legalizar las drogas alza vuelo en America Latina”, columna de opinión, en “ El mostrador”,  29 de Marzo del 2012. [http://www.elmostrador.cl/opinion/2012/03/29/el-debate-para-legalizar-las-drogas-alza-vuelo-en-america-latina/]

miércoles, 23 de mayo de 2012

Algo de mi vida

Memorias clandestinas del secretario general del Partido Comunista de Chile. Luis Corvalán.

                                                           Sobre el autor:


(Puerto Montt, 1916) Político chileno. Dirigente del Partido Comunista de Chile. Militante del partido desde 1932, escribió en los periódicos comunistas Frente Popular y El Siglo. En 1958 fue elegido secretario general del partido. Tras el golpe de estado de 1973, fue detenido y deportado. En 1976 fue canjeado por el disidente soviético V. Bukovski. En 1989 volvió a Chile para participar en el proceso democratizador.

Resumen:

Preso más de tres años en las cárceles de Pinochet, Luis Corvalán escribió clandestinamente estas memorias de niñez y juventud en el campo de concentración de Ritoque. Documento notable por su sencillez y frescura, por su humanidad y simpatía, pero sobretodo- raro mérito en las autobiografías políticas- porque rompe el esquema tradicional e inaugura un estilo de contar la historia de un dirigente revolucionario desde un punto de vista ajeno al triunfalismo, a los destinos manifiestos, al maquillaje aplicado al pasado a partir del desenlace. Con ello este libro del secretario general del Partido Comunista de Chile consigue conmover al lector por su insólita y profunda veracidad.

Comentario:

Es el primer libro que he podido leer sobre la vida de un dirigente político chileno, en estricto sentido, algunos pueden llegar a pensar que tales lecturas solamente competen a quienes comparten la misma estructura ideologica de Luis Corvalán, sin embargo dicha reflexión no parece del todo acertada, en efecto, el presente libro es un verdadero llamado a todos y todas, un llamado que conduce necesariamente a las convicciones, la interpretación, el liderzgo y sobretodo la consecuencia en el accionar, es notable aprender en estas lineas como se ha configurado la vida campesina, social y política de uno de los principales dirigentes del Partido Comunista de Chile, pero sobretodo, da muestra de su pensamiento, elaboración y entrega a la lucha revolucionaria a través de una aplicación enmarcada en la realidad de nuestro país, sin ser desbordado por la utopia pero tampoco olvidando los principios que lo impulsaron desde pequeño por el camino de los trabajadores; quizas su niñez ha marcado el pensamiento de este hombre, en aquellos días en donde el hambre era la única bienvenida de cada amanecer, quizas este libro muestre en sencillas palabras como se ha elaborado la verdadera realidad social chilena, aquella olvidada en los campos y calles estrechas de nuestras ciudades, en donde aún conviven muchos niños como lo fue Luis, sin comida, sin abrigo, trabajando desde la infancia y sobretodo con el modelo maternal de su madre luchadora incansable, de aquellas que no conocían la noche, sino más que el punteo del hilo, la sangre en los dedos y el pecho contrariado por el miedo a que sus hijos no tuviesen al día siguiente un pan para su boca. Ese sentimiento de lucha prevalece en su hijo hasta su último día.

" Quien lea estas páginas encontrará en mi infancia más o menos retratada la infancia de cualquier niño pobre de Tomé, el pueblo donde fui criado " pág 10.

" Mi madre no sabía leer ni escribir. Cuando mi padre la abandonó se hizo costurera domicilio de la Fábrica de Paños Bellavista. (...) " pág 19

" Ignoro cuanto le pagaban. Pero no debía ser gran cosa. Entonces no había en Tome organización sindical, ni mayores conquistas sociales en el país, y el trabajo a domicilio era, como ahora, el peor remunerado. Se ponía a cocer hasta que, como ella decía, le daban puntadas en la espalda." pág 19