jueves, 2 de febrero de 2012

Utopías.

¿fin de las utopías? nada más decepcionante podría aununcíarsele a la humanidad, cuyos avances fundamentales se han debido casi siempre a los forjadores de utopías. En mi generación latinoamericana fuimos muchos los que, en distintas maneras y en diversos niveles, luchamos por utopías; y, es claro, unas se cumplieron, otras no. Al parecer, deberíamos arrepentirnos de esas luchas, pedir perdón por haber albergado esperanzas. En lo personal, tal acto de contradicción no figura en mis planes. Con victoria o sin ella, la solidaridad siempre ha sido una buena terapia intensiva para el cuerpo y para el alma.
Las utopías no son pronósticos ni proyecciones de datos ni resultados de encuestas ni siquiera presagios; más bien son destellos de la imaginación, aspiraciones casi inverosímiles que sin embargo llevan en sí misma el germen de lo posible. Una generación sin utopías será siempre una generación atascada ( aunque tenga la obsesión de la velocidad) e inmóvil ( aunque se agite sin cesar).

Benedetti, Mario, " perplejidades de fin de siglo". Editorial Sudamericana, Págs 52-53

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